martes, 9 de abril de 2013

Desgrabación entrevista a Héctor Bravo, de Radio Noticias de La Pampa


Carlos Mateu: Esta es una mirada hacia otro lado, no son los hijos de desaparecidos que crecieron en la ignorancia y después hicieron un ADN y les dijeron que sus papás eran víctimas de la dictadura. Este es otro análisis, otro abordaje, otra investigación. Tal vez una de las preguntas para formular la hipótesis de trabajo haya sido ¿Qué se sentirá ser hijo de un militar en actividad durante la dictadura?, ¿Qué se sentirá ser adolescente y pensar “mi viejo participó de esto”?, ¿Se hereda la culpa de lo que hicieron los padres? Entre otros, lo entrevistó, o mejor dicho, desarrollaron el trabajo Héctor Bravo, que es médico psiquiatra y María José Ferré y Ferré, que es psicóloga. Trabajaron 15 años, insisto, con hijos de militares activos entre el 76 y el 83 y tenemos el gusto de conversar aquí en la radio con Héctor Bravo, el médico psiquiatra. Buenos días Héctor, mucho gusto, muchas gracias

Héctor Bravo: Que tal Carlos, como le va

CM: Pero muy bien, encantado de conocerlo y de escucharlo, sobre todo, más que nada porque objetivamente nos parece muy interesante esta….yo lo voy a graficar así y usted me va a entender: darse vuelta y mirar hacia el otro lado, detrás de la coraza de los jerarcas de la dictadura. Los hijos y su prole, ¿cómo sentirán lo que papá hizo?

HB: Sí. No es tan sólo los hijos de la jerarquía militar o de militares en actividad en esa época, sino también de lo que significa el personal civil de las Fuerzas Armadas, porque como dice Simon, un escritor norteamericano, por cada represor activo, hay como cincuenta colaboradores pasivos, escribientes, ordenanzas, que fueron enterándose de esto. No es que directamente –en algunos casos sí- la función de los padres de los pacientes era de represión, tortura o asesinato. Sino que estaban dentro de ese círculo de silencio que se prolongó a lo largo de los años. Y los hijos de militares o civiles pertenecientes a las FFAA, son los que han sufrido las consecuencias de ese silencio justamente.

CM: ¿Y cómo vieron ustedes que se traslada esto? Usted me lo podrá decir mejor… en general los hijos tomamos en los primeros años de nuestra vida y sobre todo en nuestra niñez y adolescencia, los conceptos de mamá y papá dichos en la mesa de casa. Uno crece con este mandato cultural y hasta ideológico. Después uno puede modificar la cosa, en virtud de las vivencias propias.

HB: Por supuesto. Ellos son el primer modelo. El problema es que en ese caso, en la mesa no se hablaba de eso, se hacían acciones, o le inculcaban que no debían decir que eran hijos de militares o miembros de las FFAA o de seguridad, sino que eran empleados públicos nada más. Desde el comienzo había un ocultamiento. Muchas veces no se dieron cuenta, hasta que comenzaron la terapia y los tratamientos, que todo este silencio que se había ido prolongando a lo largo del tiempo producía mucho sufrimiento. Sufrimiento que se producía en síntomas psíquicos, físicos o en pesadillas, en sueños que los atormentaban y los hacían sufrir mucho.

CM: ¿Y con qué cosas se encontraron en el relevamiento?

HB: Con esto justamente. Por un lado lo que nosotros denominamos -simplificando la clasificación- en términos neuróticos, el paciente que funciona relativamente bien pero tenía muchas pesadillas, que no le encontraban sentido, sentirse perseguidos…. Y por otro lado los que no tuvieron tanta suerte e hicieron psicosis, esquizofrenia, trastornos bipolares, distintos delirios de persecución, y que se traducían también en síntomas que llevaban a la internación o pesadillas horrendas donde eran perseguidos o se convertían en asesinos, o que comían a las víctimas que tenían. Esto produce lógicamente mucho dolor y sufrimiento. ¿Cuál es la función principal del médico o del profesional de la salud mental? Tratar de disminuir el sufrimiento de los pacientes, porque ese es lo que los lleva a consulta. A partir del trabajo clínico -porque esto no comenzó como un trabajo de investigación, sino clínico- y a medida que fuimos viendo lo que pasaba, nos comenzamos a interesar más en estudiar e investigar esto. Una cuestión no menor es la heredabilidad de la culpa, donde se sentían culpables ellos mismos de lo que los padres habían hecho, lo que ellos suponían que los padres podían haber hecho o podían saber que habían hecho y no dijeron absolutamente nada.

CM: ¿Es cierto que hay diferencias en los testimonios o en las vivencias por sexo, o sea, entre varones y mujeres?

HB: Hemos visto diferencias. Las mujeres en general tenían un rol más pasivo, se identificaban más con la víctima, mientras que los pacientes varones, o desarrollaron una psicosis o  eran trasgresores: mostraron conductas que los padres no aprobaban, adicciones homosexualidad, etc. Justamente en contra de los valores supuestamente levantados por los padres. No hemos profundizado, la idea ahora es tener un universo más amplio de testimonios.

CM: Una especie de “rompo con toda mi herencia”, “hago lo mi papá siempre criticó”, me drogo…

HB: Exacto, o me dejo el pelo largo. Había transgresiones más leves, otras más fuertes.

CM: O me voy a un partido de izquierda…

HB: No es lo más común, pero también se ha dado.

CM: Que cuestione mucho la dictadura y sus integrantes… ¿Y tienen alguna referencia con las esposas de estos hombres?

HB: Sí, también hemos tenido pacientes. La mayoría tienen identificación con los victimarios, salvo algunos casos. Digamos, han convertido la vida, han aceptado esa situación, a veces algunas dicen “nunca dijo nada”, “yo no sabía totalmente”. Pero bueno, de cualquier forma, el hecho de compartir toda una vida, hace que algún conocimiento se tenía de todo lo que estaba sucediendo.

CM: Alguna vez el  señor llegó a su casa y ante la pregunta de “¿cómo te fue querido?”: “Y hoy detuvimos a veinte”

HB :Tanto como eso no. En general había silencio, salvo el caso de una paciente -que creo que en el periódico se relata-, cuyo padre que en un momento determinado, en una cena de Navidad, empezó a contar todo lo que había hecho. Despertó el horror de la paciente.

CM: El padre como que vomitó su verdad...

HB: Pero en un lugar y en un momento no demasiado apropiado. “¿Cómo junto a mi papá con un monstruo?”, se preguntó ella y nos lo repetía a nosotros.

CM: ¿Y ella se entera en ese momento que su padre era un monstruo literalmente?

HB: Exacto. Y era una adolescente.

CM: Perdón que le profundice, ¿y esa chica adolecente en esa cena de Navidad, de que cosas se enteró?

HB: Bueno, de cómo torturaban, de cómo violaban, de todas las conductas sádicas, perversas que tenían estos personajes durante los interrogatorios, durante las situaciones de captura que tenían.

CM: Héctor, y una cosita más, ¿cómo pudieron ustedes, o que evaluación hacen de otro hecho puntual, dentro de todo este combo terrorífico, que fue el robo de bebés? ¿Cómo analizan estas personas analizadas por ustedes el robo de bebés consigo mismos? ¿Se terminaron preguntando “no seré yo un robado”?

HB: Pero por supuesto, en general los señalamos: muchos de ellos se enteran de lo que pasó en la dictadura en la escuela. Cuando comienzan a escolarizarse y habla del tema, después de los años ochenta. El Juicio a las Juntas… se va haciendo público todo lo que en este momento sabemos. Uno tiene que saber que en general que todo chico, entre los seis y diez años, empiezan a dudar de la identidad, de la paternidad. Todos comienzan a pensar que son adoptados o no en algún momento de la vida. En estos chicos, es más grave todavía. Porque realmente ante la situación del robo de bebés, de la restitución, comenzaron a preguntarse si ellos mismos habían sido. Es una población que estamos viendo, nacida en el 76 en adelante. En algunos casos algunos pacientes nacieron alrededor del 70 y eran chicos cuando comenzó la dictadura, pero todo esto fue afectando su sentido de identidad, se cuestionaron a sí mismos a ver hasta dónde eran hijos de estas personas.

CM: Que interesante trabajo ¿Cuántos testimonios han recogido en estos quince años?

HB: Bastantes. No lo podría decir, pero el número en sí es mucho, hemos tenido muchos pacientes.

CM: El trabajo finalmente expuesto y documentado, ¿cómo se utiliza? ¿Quién lo utiliza?

HB: Nosotros  publicamos en una revista de Ciencias Sociales, de la Universidad de Quilmes, el año pasado, un adelanto. Y este año, justamente el 22 de marzo presentamos este trabajo en el Congreso Centroamericano de Psiquiatría, cuyo tema fundamental era “Mente y Trauma”. Tuvo realmente una buena recepción, porque todos los países centro y latinoamericanos sufrieron procesos parecidos en los años sesenta y setenta. Y realmente tuvo bastante repercusión, lo cual nos alegró mucho. El reconocimiento aparte, de que en Argentina se ha trabajado mucho más en ese sentido, que en el resto de Latinoamérica. Algunos médicos dijeron, “acá en este país no hemos hecho absolutamente nada”. Hemos establecido las relaciones como para tratar de seguir ampliando y viendo en distintos países como han sido las reacciones. Yo creo que ha sido de utilidad para ellos también, como la punta de un ovillo para poder comenzar a trabajar.

CM: Le quiero hacer una última pregunta a Héctor Bravo, el médico psiquiatra, desde su condición nos puede alumbrar un poquito más esto. Ya no pensando en los hijos de los represores, sino los mismos represores y desde esa estructura psiquiátrica o mental que tiene un ser humano ¿Qué se tiene cuando se avala el asesinato o la tortura, sobre todo la tortura, el mutilar al otro, a un semejante que grita…?

HB: Producirle dolor al otro

CM: Producirle dolor al otro, el dolor que le provoca el grito, el llanto, humillación, etc. ¿Qué se tiene en la cabeza? Permítame la pregunta tan de tribuna de fútbol.

HB: Es difícil saberlo. Muchos de ellos son personas psicopáticas, perversas. En otros había mucho miedo en este proceso. Miedo a lo que pasaba y era una forma de reaccionar, de pretender defenderse de ese miedo y lo proyectaban y aplicaban sobre la persona, el otro. Creo que fundamentalmente pasa por ahí. Y en algunos otros está la obediencia debiida, así como hubo casos, los vemos en los relatos, de militares que decidieron retirarse antes que ejecutar una orden de ese tipo. Depende de la estructura moral de cada uno. Son los valores que son más predominantes en la constitución de su personalidad.

CM: Muy interesante, doctor Bravo, muchas gracias.

lunes, 8 de abril de 2013

Entrevista en Radio Noticias, provincia de La Pampa

Desde La Pampa también se interesaron por nuestra investigación. Este sábado por la mañana, el Dr Héctor Bravo fue entrevistado en "El Aire de la Mañana", programa de Radio Noticias, La Pampa, por su conductor Carlos Mateu.

Compartimos con ustedes el audio: